El acceso vascular es el lugar del cuerpo donde atreves de la aguja o catéter se extrae la sangre y a donde regresa durante la diálisis
Dado que la fístula desempeña una función esencial en el tratamiento satisfactorio de la diálisis, es muy importante mantenerla en buen estado. Es necesario comprobar la fístula ¡todos los días! Para comprobar que todo va bien, utiliza el sentido de la vista, el oído y el tacto.
Le rogamos que siga varias normas sencillas para reducir al máximo el riesgo de que se produzcan infecciones o trombosis, los peligros más habituales para la fístula:
Evite cualquier tipo de presión sobre el brazo de la fístula, dado que puede provocar una trombosis, sobre todo en los casos de tensión arterial baja. Debe evitar las siguientes prácticas:
Si nota cualquiera de los siguientes síntomas - enrojecimiento, hinchazón, dolor, una mayor temperatura en la zona de la fístula -, póngase en contacto inmediatamente con el médico o con el equipo de diálisis.
El catéter venoso central consiste en un catéter (tubo) intravenoso especial y es indispensable en los centro de diálisis actuales. Algunos pacientes empiezan la hemodiálisis sin un acceso vascular permanente; la mayoría de ellos suele tener un catéter venoso central (CVC).
Es el personal de enfermería el que suele encargarse de los cuidados del CVC. El orificio de salida del catéter debe limpiarse durante cada tratamiento de diálisis. Para ello, el personal de enfermería debe utilizar equipamiento de protección individual. El paciente debe ponerse una mascarilla mientras se le cambian los apósitos y durante el tiempo en que el catéter se encuentre abierto, como, por ejemplo, durante los procedimientos de conexión y desconexión del catéter. Las suturas de los catéteres no tunelizados deben permanecer colocadas durante el tiempo en que el catéter se encuentre insertado. Si, en cambio, se tiene un catéter tunelizado, las suturas deben retirarse cuando el manguito del catéter se haya curado en el sitio.