Corte la remolacha en rodajas finas y fríalas en aceite de oliva.
Póngalas en una ensaladera con la manzana rallada, alíñelas con el vinagre de frambuesa y sazone al gusto con sal, azúcar y pimienta.
Ponga un poco de tomillo encima del queso y gratínelo al horno a 200 °C entre 5 y 8 minutos, espere hasta que se enfríe ligeramente.
Reparta el queso sobre la ensalada de remolacha, decórelo todo con la cucharada de miel y espolvoree para terminar las alcaparras por encima.
¡Buen provecho!
Para reducir la cantidad de potasio, ponga las rodajas de remolacha a remojo antes de freírlas o escaldarlas.
Las alcaparras tienen mucha sal. Si tiene que vigilar la ingesta de sal, puede no añadirlas para limitar la cantidad. Esta ensalada está riquísima incluso sin alcaparras.