Y como si se tratase de un cuento de hadas, los rostros de los pacientes están radiantes gracias a los destellos de diamante que reflejan las tarjetas de felicitación que han recibido o la revista rumana «pentru tine» para pacientes de NephroCare que leen.
Manciu Ioana (Ioni, como la llaman sus amigos) es una de esas pacientes. Muchas veces, su lucha contra la enfermedad la ha dejado sin energía para continuar, pero el proyecto «Unas manos con don» la ha hecho ser consciente de su valor y su fuerza interior. El apoyo de su familia y amigos y su actitud positiva han jugado un papel clave en la aceptación de la diálisis como parte de su vida cotidiana. Hoy en día, la diálisis no es el fin del mundo para ella, sino un nuevo comienzo. Por fin ha recuperado la confianza en sí misma y se ha dado cuenta de lo valiosa que es, y quiere devolver algo a cambio. Por eso, con su deseo de dibujar una sonrisa en la cara de todos, ha elaborado un plan: el próximo ano, el 1 de marzo, brillará el sol...
El 1 de marzo, aún no habían brotado las hojas frescas de la hierba y se habían unido al sueno de la naturaleza. Pero Ioni empezó a hacer realidad su sueno. En Navidades, pese a que sabía que podría no salir bien, comenzó a dibujar esbozos para su gran plan. Después de Ano Nuevo, ya había creado muchas formas y dibujos distintos para sus amuletos de marzo. Con su imaginación y creatividad, disenó modelos para dos amuletos únicos, y los creó con sus afanosas y talentosas manos.
El cinco de enero, comenzó a fabricarlos en el pequeno taller que había instalado para ella en su salón. Día tras día, en cada hueco libre que encuentra, Manciu Ioana se sienta allí y forma copos de nieve, mariposas y flores. Durante cada sesión de diálisis, contaba el número cada vez más grande de sobres pequenos. Y para su gran plan, también reclutó otros pacientes: Răducu Mirela, Cioculescu Ion, Secu Daniela y Ciocan Nicoleta. Con unas ganas de vivir que solo la primavera puede evocar, todos ellos transformaron las filigranas de papel con sus ávidas manos.