A veces, durante el tiempo de diálisis aprovecha para llevar a la práctica una de sus grandes aficiones: el dibujo. “Antes dibujaba más a mano, pero después aprendí a dibujar en tablet”, explica.
En parte, fue el dibujo el que le llevó a Salamanca a estudiar un FP de joyería. Sin embargo, apunta que la aparición de móviles y otros productos tecnológicos produjeron un cambio en la sociedad que optó por comprar “joyas tecnológicas como el iPhone” a otro tipo de joyas más clásicas. “Por eso, años después decidí estudiar un módulo de informática, para lo que hice primero el bachillerato de bellas artes, en el que saqué muy buenas notas”.
A los 34 años se matriculó en el módulo de administración de redes informáticas, pero el avance de su enfermedad y el inicio de la diálisis pusieron en pausa sus estudios que ahora intenta retomar de nuevo. “Ahora estoy mirando por mi cuenta todo lo relacionado con las IAs, la inteligencia artificial, que esto es el futuro, como era antiguamente las páginas webs, administraciones de redes…”, indica.
Mientras encuentra un curso sobre IA que pueda compaginar con las sesiones de diálisis, sigue dibujando en su tablet y ahora, a veces, con ayuda de la tecnología de IA. Dibujos que seguramente habrá enseñado a sus compañeros de diálisis, con los que comparte muchas horas de su tiempo. “Nos llevamos muy bien, yo soy el más joven. Soy el niño allá donde voy”.