Isabel acude lunes, miércoles y viernes al Centro de Diálisis Valencia, el mismo en el que ha trabajado como auxiliar de enfermería durante 30 años. Sonriendo nos dice que se siente en las mejores manos “conozco su trabajo. Para mí son los mejores, además somos como una familia. Hemos trabajado juntas desde jovencitas y hemos compartido muchas circunstancias, y no siempre fáciles”.
Para sus compañeras, Isabel es una paciente muy fuerte, que apenas se queja, muy positiva y vital. “Ese minuto que vivimos no lo vamos a volver a vivir, hay que aprovecharlo al máximo, hay que estar siempre bien, dispuesta para todo y estar feliz”. Y esta filosofía de vida es la que ha trasmitido a sus dos hijos, uno de ellos también con poliquistosis renal. Un problema que Isabel encara con calma. “Él, a sus 27 años, está bien. De momento no tiene infecciones ni ningún otro síntoma. Yo le digo que lleve una vida lo más saludable que pueda, que no fume, ni beba alcohol, que no haga esfuerzos… y cuando llegue, pues llegará”.