De esta manera, se han puesto en marcha varios proyectos orientados a mejorar la experiencia de los pacientes en el centro de diálisis. “Para mejorar la estructura y la espera, se han redistribuido los bancos donde esperan pacientes y acompañantes, se han despejado otras zonas, se han colocado plantas en la sala de espera y se ha tenido en cuenta los gustos de los pacientes para la música ambiente”, explica Beatriz.
También se ha establecido un cambio de orden de entrada de los pacientes para favorecer a los que acuden al centro en vehículo propio y que así no tengan que esperar a los que llegan más tarde porque van en ambulancias.
Con la idea de mejorar la atención a pacientes dependientes y de movilidad reducida, se ha hecho un registro para establecer qué pacientes acuden en silla de ruedas, quiénes van con andador o bastón, quiénes necesitan estar acompañados a la entrada y salida del centro, qué personas requieren ayuda con la ingesta, etc. A partir de ahí, se han habilitado sitios para las sillas de ruedas en la sala de espera, se ha organizado el acompañamiento de pacientes que requieran ayuda pero que puedan moverse, favoreciendo así la deambulación, o se han distribuido cargas de trabajo con repercusión directa en los cuidados del paciente.
Otra medida que se ha implementado es el registro rápido de FAVI y catéter para una mejora de la información entre turnos, favorecer el cambio de punciones mediante visionado de la fotografía o dibujo de la fístula. “Aunque en EuCliD hay información sobre la FAVI/catéter, no es algo muy práctico. Con este sistema, tenemos una carpeta en cada sala con una ficha descriptiva de cada paciente en la que se escribe cómo se pincha la fístula, observaciones al respecto, y una fotografía. Desde mi punto de vista, tiene mucha utilidad porque si se hacen pinchazos nuevos, tenemos en cuenta lo anterior, y también sirve para mejorar la supervisión de la fístula con el ecógrafo”, apunta esta enfermera.